domingo, 17 de mayo de 2009

¡Arriba el telón! ¡Éxito rotundo!

Después de todo este tiempo de silencio a causa de los preparativos de la maravillosa e inolvidable ruta literaria "Antonio Machado", acompañados de los entrañables cordobeses, por los bellos parajes y rincones sorianos, volvemos a actualizar nuestro blog, el cual ha estado un poquito abandonado. Ana y Estefanía ya lo hicieron notar en sendos comentarios.
Estad tranquilos que a lo largo de esta semana prometo realizar una crónica larga y tendida sobre la ruta machadiana con vídeos y muchísimas fotografías.
Ahora hablaremos sobre nuestro estreno de ¡Arriba el telón! llevado a escena por el inigualable y sin par grupo de teatro Pipirijaina, todo un reto para nosotros/as, pues no se trataba de una única obra de teatro al modo tradicional, sino de varias,¡siete en total!, haciendo un breve recorrido por diferentes épocas, estilos y autores.
¿A qué se debe un nombre fonéticamente tan llamativo como el de Pipirijaina para nuestro grupo de trabajo? Tiene una sencillísima explicación, este término significa “compañía de cómicos de la legua” (“de la legua” porque no podían acampar a menos de una legua de la población en la que hacían la representación). Así pues, nuestro nombra va en su honor, en recuerdo de todas aquellas compañías ambulantes que iban de pueblo en pueblo con sus carromatos, con raídos disfraces y agujereadas cortinas, llevando entretenimiento y diversión.
Durante varios meses hemos estado ensayando robando tiempo de los sagrados recreos y conforme se acercaba la fecha mágica del 15 de mayo, también tuvimos que dedicar tiempo extra por las tardes. Sin lugar a dudas, la recompensa del trabajo bien hecho y del esfuerzo de todos y cada uno de los/as alumnos/as que componen el grupo de teatro se pudo ver el viernes por la noche en el salón de actos de la Casa de Cultura.
Quizá yo sea el menos indicado para hacer alguna crónica de tan magno acontecimiento, pues no sería del todo imparcial ni objetivo, pero a pesar de lo asquerosamente perfeccionista que he llegado a ser (disculpadme si en ocasiones he sido demasiado inquisitivo), por los comentarios de los asistentes se puede comprobar que no tergiverso mi concepción de la realidad ni arrimo el ascua a mi sardina. La gente salió muy contenta y excepto cuatro garrulos impresentables -¡no está hecha la miel para la boca del asno!-, que ni siquiera sé al día de hoy para qué co... caracoles fueron, todo transcurrió como estaba planeado.
Atrás quedan esos recreos en los que comenzábamos a familiarizarnos con los diferentes textos, a comprobar que algunas frases se nos empalagaban o nos costaban más de la cuenta, a ver que algunas palabras eran totalmente desconocidas para nosotros... Después vinieron las tardes en la sala de usos múltiples del instituto, donde con el texto casi aprendido comenzábamos a gestualizar y a sincronizar nuestros movimientos corporales a los de nuestra voz. La verdad es que voy a echar de menos todos esos momentos y no os quepa la menor duda de que dichos ensayos me han permitido conoceros mucho más como personas, pues hemos reído, me habéis hecho cabrear, os habéis rebotado..., pero, en definitiva, podéis estar orgullosísimos de vuestra labor y de vuestro enorme esfuerzo. ¿Quién está dispuesto hoy día a dejar su preciado tiempo para memorizar un texto y después ensayarlo? De todo corazón os quiero agradecer todo lo que habéis hecho, desde vuestra excelente predisposición a vuestro buen hacer. De verdad, si ya lloré de pura emoción viendo cómo alumnos de 3.º de ESO parecían unos verdaderos profesionales de la escena como si de Margarita Xirgu o Pepe Isbert se tratasen, imaginad el sentimiento que me embargó el viernes pasado.
Dicen que un gran escultor sin un buen mármol puede echar a perder su obra de arte, no es que me compare al gran escultor, no soy tan vanidoso para hacer tal símil, simplemente me considero un aficionado que ama el teatro y lo disfruta, pero vosotros, sin lugar a dudas, sois ese mármol de gran calidad -la Lunar diría aquello de "¡Ahí hay madera!"-, sois una excelente materia prima que, poco a poco, ha ido mejorando y habéis aprendido a modular la voz, a jugar con la entonación de la misma y a gestualizar correctamente. También yo he aprendido mucho con vosotros/as, pues organizar a más una veintena de actores y actrices con personajes tan distintos y dispares ha sido todo un reto, pero que por vuestra valía y naturalidad hemos sacado adelante con excelente nota. Sin vosotros/as toda esta "locura" no habría llegado a buen puerto y he de estaros eternamente agradecidos. ¡Ha sido un auténtico placer y honor poder trabajar con todos/as vosotros/as!
Dedicado este éxito a esas personas que consideran el teatro no menos que una frivolidad sin ningún objetivo didáctico, propia de gente que no tiene otra cosa que hacer y sólo hace que poner palos en la rueda ahí tienen el resultado: ampliar vocabulario, leer, comprender e interiorizar un texto, ejercitar la memoria, vocalizar, convivir..., considero que en la representación de una obra de teatro se aprende mucho más que en todo un curso de clase.
Por otro lado, todo ello ha sido posible gracias a la inestimable ayuda y colaboración de muchísimas personas, sin ellas no habría sido posible convertir realidad este sueño: nuestra gratitud al apoyo incondicional de Conchi y de su equipo directivo, quienes desde el primer día nos alentaron y animaron; a Pablo por la grandísima calidad de los diseños y elaboración de los insuperables y grandiosos escenarios; a los/as alumnos/as de 1.º y 3.º de ESO de Atención Educativa por echar una mano en los mismos; a David y Juan Carlos por su generosa ayuda, el primero realizó el armazón de los escenarios e hizo de técnico de iluminación, mientras que el segundo hizo la veces de técnico de sonido (DJ Juan Carlos según Ana Soriano); a Nati, Mari Carmen y las alumnas de Peluquería por sus magníficos peinados que a más de uno nos dejaron estupefactos por su altísima profesionalidad, a los padres y madres que tanto han hecho por el acertado vestuario y atrezo; a Juan José Torró por los tres viajes que tuvo que hacer desde el instituto hasta la Casa de la Cultura para trasladar los escenarios; a la Concejalía de la Cultura del M. I. Ayuntamiento de Villena por las facilidades dadas y a los conserjes de la Casa de la Cultura, en especial a Juan, por su inestimable ayuda en las cuestiones técnicas, y ¡cómo no!, a los/as alumnos/as que hicieron de actores y actrices por una noche, también a Carmen como presentadora, a Ana Parra y Tania (la pobre lo pasó fatal cuando se le fundió el flexo y tuvo que echar mano de la linterna de Fco. Rubén) como inigualables apuntadoras, a Elia, Judith y Cristina Torró por su gran ayuda para los cambios de decorados (¡7 en total!) y, por supuesto, a Salva por grabar los vídeos.
A continuación hablaremos brevemente, una por una, de las obras que se representaron:

LAS ACEITUNAS DE LOPE DE RUEDA
Toribio: Senén Zapater Martínez

Águeda: Sheila Soriano Navarro
Mencigüela: Montana Valiente García
Aloja: Cristina Payá Carpena

Excelente interpretación de este paso escrito en el siglo XVI. De hecho, los cuatros actores interiorizaron de maravilla la comicidad, pero también la compasión que desprende este texto. Supieron transmitirnos una época lejana con una puesta en escena muy actual. Inolvidables esas sacudidas de Senén y Sheila a la pobre Montana, quien parecía de goma y ese "¡averigüe, averigüe!" de Sheila al marcharse ante la solemne entrada de Cristina, quien esa reverencia final ponía el broche de oro a su intervención. ¡Enhorabuena a los cuatro!


LOS POBRES DE CARLOS ARNICHES
Señá Librada: Alba Domene Sanjuán
Señá Justa: Jade Ribera Valdés
Señor Celipe: Adrián Delgado Santana

Pendingue: Vicente Linares Mora

Obra que entrañaba una doble dificultad: la primera, por su difícil vocabulario lleno de vulgarismos y cultismos para reflejar el habla castiza del Madrid de principios del siglo XX y, la segunda, por su entonación "chulesca", que tanto esfuerzo costó, pero que al final se consiguió muy bien. Las dos protagonistas, Alba y Jade, supieron dotar a sus personajes de gran naturalidad a pesar de ese "Doña Encarnación... doña Encarnación..." que tanto se resistía. Asimismo, los personajes encarnados por Adrián y Vicente hicieron posible trasladarnos a un Madrid miserable y marginal. ¡Felicidades por vuestra fabulosa interpretación!






LOS CHORROS DEL ORO DE LOS HERMANOS ÁLVAREZ QUINTERO
Mercedes: Estefanía Vilanova Navalón
Juan Manuel: Sergio Pascual Hernández
Juanita: María Vidal Vañó



¡Qué decir del reparto de este sainete! Ese peazo acento andaluz de los protagonistas que consiguió darle la naturalidad necesaria y justa sin caer en la sobreactuación chabacana. Sainete con excesivo texto en ocasiones que supieron magistralmente hacerlo ameno y divertido.
Por otro lado, la sintonización de la radio hizo pensar a más de uno que el sonido se había estropeado y es que Mersedes estaba buscando la canción de Estrellita Castro. Mira que limpiaba y limpiaba, o si no los besos que le daba a la foto de mi bisabuelo, ¡vamos ni la Xirgu en sus mejores momentos! Asimismo, Sergio conectó muy bien con su pareja artística y de aquellas declamaciones al estilo de los cómicos de El viaje a ninguna parte, en apenas una semana, pasó a actuar como todo un profesional. María inigualable de niña con su breve, pero divertidísima intervención, ¡atención al vestido y al peinado!
Inolvidables los momentos de sacudir la americana y el del argodonsito. ¡Enorme acierto! ¡Ole y ole!








GANAS DE REÑIR DE LOS HERMANOS ÁLVAREZ QUINTERO
Martirio: Ana Soriano Micó
Julián: Adrián Delgado Santana


¡Achavo pareja artística que tenemos! ¡Más de una persona lloró de risa! En honor a la verdad he de decir que si a Ana ya le otorgaba un papel con carácter (su madre bien decía: "Mi hija no estaba actuando"), la siguiente hará, si quiere, de Bernarda Alba. Adrián me sorprendió gratamente -¡y de qué manera!- por las tablas que tiene encima del escenario, es un actor nato. ¡Ojalá hagas Arte Dramático!
Al igual que el anterior sainete, todo fue muy natural y la comicidad se produjo por las caras, gestos y entonación de los protagonistas, pues supieron darle el punto adecuado sin caer en la exageración. ¡De quitarse el sombrero!






CARTAS DE AMOR A MARY DE JOSÉ LUIS ALONSO DE SANTOS
Joe: Francisco Rubén Lillo Davó
Mac: Héctor Ruescas Belda
¡Y qué decir de estos soldados en la trinchera! Consiguieron transformar un tema serio y trascendental como el de la guerra y, a su vez, el de la muerte, en uno más divertido sin perder ápice de crítica. Frases ingeniosas que provocaron alguna que otra carcajada como lo del chicle, la carta y los tacos. ¡La muerte de Héctor fue totalmente creíble con ese final apoteósico en el que Francisco Rubén grita desesperado al no haberle dicho la dirección! ¡Ánimo y a estudiar Arte Dramático que hay buena cantera! ¡Fantástica puesta en escena por parte de ambos!



BALADA DEL MANZANARES DE IGNACIO ALDECOA
Manuel: David Tomás Mataix
Pili: Noelia Ayelo Rodríguez
Camarero: Jorge Vidal Vañó
Excepto el taco que le salió al pobre Jorge, todo lo demás salió según lo previsto y eso que esta obra, a pesar de su aparente sencillez, era complicada técnicamente por los cambios de lugar en el mismo escenario y la inserción de la música en algunos momentos del transcurso de la misma. De hecho, los protagonistas, David y Noelia, además de los nervios por interpretar su papel, se les sumaba la coordinación que debían tener a la hora de poner las canciones. Sin embargo, lo hicisteis de maravilla y conseguisteis desprender gran humanidad y la ternura propia de dos enamorados (a pesar del cacahuete). ¡Magnífico trabajo!




FARSA DE LA LUNAR Y LA MUERTE DE ALFONSO ZURRO
La Lunar: Karen Melissa Ortega Torres
La Muerte: Alejandra Herrera Pisco
Don Cosme: Alberto Berbegal Moreno
Ricardito: Francisco Mas Flor
La noche mágica tocaba a su fin y qué mejor manera que con esta farsa, innovadora donde las haya y, en absoluto, convencional. Muchos de los espectadores no captaron el mensaje de la obra hasta el final.
Comenzó con un baile del todo sensual del personaje que interpretaba Karen y un monólogo difícil por la picardía que había que dejar traslucir -¡me maravilló!- y con una gran aplomo sobre el escenario. Alejandra, caracterizada fenomenal de Muerte, hizo posible ese diálogo entre antipático y tierno con Karen (la guadaña tenía vida propia). Ni que decir tiene que la salida al escenario de Alberto y Fran fue lo más, que se metieron en el papel como nunca antes lo habían hecho y entre el descaro chulesco de uno (menudos meneítos de paquete) y la gracia inocente del otro fue irrepetible. ¡Grandiosa interpretación!









Con ello doy por terminada mi crónica teatral y, desde luego, confío en que vuelva a repetirse esta inolvidable y gratificante experiencia. Muchísimas gracias por la tarjeta y por el ramo de flores, así como por las palabras de Tania en nombre de todos. ¡Llegasteis a emocionarme! Aunque ya os he pedido disculpas personalmente, perdonad mis aspavientos y gestos -nada procedentes- de los momentos en los que la obra ya había comenzado. ¡Mea culpa! ¡Ah, la fiestecilla posteatral con David y Juan Carlos y parte del elenco no tuvo desperdicio ninguno!



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