Encuentro con Joan Manuel Gisbert

Desde el IES n.º 3, el reportero más dicharachero, siempre al pie de la noticia, les informa de todo lo acontecido en el encuentro mantenido con Joan Manuel Gisbert durante esta mañana.
Ver en carne y hueso al autor de El último enigma, el cual ha dado vida a los personajes de Ismael, Bartolomé Loos, Juan de Utrecht (Adrián Gheel) o Lauchen llama poderosamente la atención, pues es curioso observar que la idea que nos habíamos formado a priori de él puede o no ajustarse a la misma, es decir, nos puede sorprender o decepcionar.
Cierto es que lo de la campanilla de sus tiempos como monaguillo ha tenido su gracia, aunque la primera reflexión acerca del enigma de Salomón, de los ordenadores y las operaciones matemáticas compactadas en una secuencia temporal han resultado pelín pesadas para muchos de nosotros.
Sin embargo, conforme ha ido avanzando la charla ha subido el nivel de expectación y el momento de desenfundar el bolígrafo para pasar a la firma de ejemplares, como si de un guerrero medieval se tratara, ha sido lo más divertido.
Por otro lado, las preguntas-respuestas tampoco han tenido desperdicio y su forma de saludar y despedirse al mismo tiempo han causado desconcierto en algunas personas, como por ejemplo Alejandra.
Al hilo de lo afirmado por Joan Manuel en que le apenaba haber nacido prematuramente porque le encantaría vivir muchos años más para ver la grandeza de los avances tecnológicos, nuestro querido Alberto, en un arranque de espontaneidad, le ha preguntado así, a bocajarro, qué edad tenía. (Héctor le ha llegado a preguntar si era católico).
Sin embargo, Gisbert, que ya tiene tablas, ha salido airoso del brete y ha jugado con el tema de la edad realizando una especie de subasta. Finalmente, al propio Alberto le ha adjudicado su edad por la puja más baja, pero dentro de la lógica, 49 años. Y es que nuestro sin par Adrián Tomás se ha pasado en la línea cronológica cuando lo ha retrotraído al vientre materno.
Asimismo, nuestro invitado ha hecho una aseveración en la que asegura, a tenor de los estudios demográficos y estadísticos, que vosotros -los alumnos- viviréis una centuria y que en el 2060, exceptuando a los profes que ya la habremos palmado, entre 5 y 8 de vosotros no viviréis para contarlo. Doy fe y que quede constancia en nuestro blog, que seguramente aún estará en pleno funcionamiento por el ciberespacio, jajaja.
De hecho, ya ha cumplido un mes, como bien José (o Josito) nos recordó en su comentario. Muchísimas gracias a todos/as por hacerlo posible.
Adrián Delgado, que ha puesto un poco nervioso al autor, pues no callaba e incluso le ha llegado a llamar superdotado, ha tenido que cambiarse a un lateral, a petición del propio Joan Manuel, pues de frente, a mi parecer, ya habías colmado su paciencia.
Sin duda, la mejor ocurrencia ha sido la de los nombres propios, pues cuando ha dicho que casi todos tienen su equivalente masculino, ha agradecido que el de Ana no tuviese masculino.
Bueno, al final la pobre Sheila se ha quedado a cuadros cuando le ha preguntado por el color de su cabello, sobre si era natural o no, pobreta meua!

¡Arriba comentarios! ¡Es vuestro turno!

P. S.: La firma es bastante artesana y está muy currada, mola bastante.

A Estefanía, en particular, y al resto, en general, deciros que P. S. significa Post Scriptum ('después de lo escrito') es casi parecido a Post Data o P. D. ('después de la fecha'), pero éste generalmente suele reservarse a los finales en una carta.

De ahí que, en las entradas o comentarios del blog, prefiero utilizar "P. S." al no tratarse de cartas.