¡Otra semana!

Bueno, chavales, ¡por fin viernes! Y es que con el día de hoy damos por finalizada otra semana -dura donde las haya, desde luego, jejeje- con exámenes, madrugones, deberes y más deberes, pero eso sí, sabiendo mucho más.
A partir de ahora, cada fin de semana intentaré realizar una breve recapitulación de aquello que ha acontecido durante dicha semana en los diferentes grupos. Como sé que sois seguidores habituales del blog, si algo se me pasa –la edad es muy mala y ya va haciendo mella- me lo recordáis, ¿de acuerdo?
Os habréis dado cuenta de que un compañero de 3.º A ha llegado nuevo al instituto por lo que intentaremos entre todos que se sienta bien acogido y a gusto. Imaginad lo duro y difícil que ha de ser dejar a tus amigos, tu instituto, tu casa... para ir a un lugar nuevo. Os conozco desde hace poquito, pero no me cabe duda de que, como buenos villeneros y villeneras, daréis razón a ese tópico que corre por ahí de cuán hospitalarios y acogedores somos con el que viene de fuera. En consecuencia, en nombre de todos tus compañeros y en el mío propio: “¡Bienvenido Jhon!”.
Por otro lado, Juan Antonio va cogiendo soltura -demasiada a veces- con su nueva silla de ruedas motorizada y Hamilton a su lado no tiene nada que hacer. ¡Sigue así campeón!
Esta semana creo que el mester de clerecía no ha sido tan aburrido como creíais, pues empezamos con Gonzalo de Berceo, primer poeta en lengua castellana cuyo último fin fue hablar llano, hablar como lo hacía el pueblo: "Quiero fer una prosa en román paladino / en cual suele el pueblo fablar con so vezino" y su obra más significativa Milagros de Nuestra Señora (pincha sobre el título y podrás leer uno de sus milagros), sin olvidar esa conversación ficticia que "mantuve" con San Pedro a las puertas del cielo, jejeje.
Después continuamos con el Arcipreste de Hita y su Libro de buen amor, sus personajes principales (y sin cachondeítos, ¿eh?): Don Melón, Doña Endrina y la Trotaconventos para proseguir con ese pasaje inolvidable de la serrana. ¡Buf, menudo bombonazo! ¡Pa quitar er sentío, hijo! Uniceja, grandes piernas repletas de sabañones, con una pisada más grande que la de una yegua, mientras que su dedo meñique es como el pulgar del muchacho con el que se topa. Y para rematar, la mujerona -todo un dechado de refinamiento y cortesía-, que según comprobamos tenía la libido muy subida y ardentísima la pasión, le coge de la muñeca y camino de su choza le dice “Luchemos un rato”, esto es, “Hagamos el amor un rato”. ¡No me gustaría estar en el pellejo del chaval, jajajaja!
Sin embargo, los ejercicios del libro tampoco han tenido desperdicio, ya que hemos comprobado lo ambiguo y contradictorio que resulta el Libro de buen amor, por un lado, critica ese loco amor (deseo carnal y sexual), mientras que, por otro lado, lo fomenta. Es la hipocresía que se daba en esa época y aún sigue vigente en la nuestra, en fin, qué se le va a hacer. No obstante, alguno se sorprendió con la personificación de monseñor Romero acerca de la facilidad con la que la Iglesia se deja "querer" y se "abre" a los demás.
¿Quién dijo que en la Edad Media el sexo no era importante y todo giraba en torno a Dios y la religión (teocentrismo)? Aunque la pobre Estefanía con los fabliaux (breves poemas medievales de Francia) se ha quedado más que estupefacta, ¿verdad? Bravo por tu curiosidad. Y todo ello en un clima... un tanto revolucionado, jejeje, pues la mayoría de los chicos tienen las hormonas, perdón, ¡las neuronas! en pleno funcionamiento. Y esto no ha hecho más que empezar, pues con La Celestina nos esperan grandes e irrepetibles momentos, ¡ya lo veréis!
Por último, nuestro don Juan Manuel (sobrino de Alfonso X el Sabio que cazaba y pescaba en nuestros parajes tiempo ha) con su obra titulada El conde Lucanor, en la cual hemos visto lo del docere delectare ("enseñar entreteniendo"), como hacemos en la asignatura, ¿o no? Si queréis disfrutar de dos cuentos más, pinchad sobre el título (se leen en un abrir y cerrar de ojos).
¡Puf!, Pretendía escribir muchísimo menos, pero cuando me pongo no paro. Fran, échale un vistazo por encima, aunque sé que le tienes alergia a las palabras, pero yo tengo la vacuna, ya te la daré. Me encantó tu comentario sobre la cantidad de significados que tiene darle a la lengua.
Espero vuestras aportaciones y, sobre todo, la de esos/as compañeros/as que todavía no han dicho nada, animaos y perded el miedo.
Para despedirme no me gustaría dejar pasar la ocasión de ese acto reflejo de Jonatan con su pinchazo con el boli en mi tableta de chocolate y la falsa “riña” virtual entre Noelia y José. ¡Qué ingenuos que fuimos Estefanía y quien les habla-escribe! ¡Nos lo tragamos todo!
Héctor, espero tus fotos y eso que tú y yo hemos hablado se convierta en una realidad. Alberto, así me gusta, que tengas inquietudes sociales y abras tu mente a través de la lectura, habrá un debate largo y tendido sobre el tema. María y Carmen, llevad a raya a Adrián "el buscador de gazapos", que a veces se nos “desmadra”. Al resto, gracias por vuestra atención y adelante comentarios. ¡Disfrutad del fin de semana!